¿Qué es lo primero que tengo que hacer para vender una casa?
Marta no quería precipitarse.
Había heredado aquella casa, y sabía que valía mucho más que cuatro paredes y un tejado.
Pero también sabía una cosa:
No basta con poner un cartel y esperar llamadas.
Antes de anunciar nada, quería tenerlo claro:
¿Qué es lo primero que debía hacer para venderla bien?
Y sobre todo, ¿cómo evitar los errores que otros ya han pagado caros?
Lo primero es mirar con ojos nuevos
Aunque vivas en ella desde hace años, o la tengas tan vista que crees conocer cada rincón, toca ver tu casa como lo haría un comprador.
¿Hay grietas que antes ignorabas?
¿Puertas que no cierran bien?
¿Cosas acumuladas que restan espacio visual?
No se trata de gastar una fortuna en reformas.
Pero sí de hacer una revisión crítica, como si entraras por primera vez.
(Y si puedes, con ayuda profesional, mejor).
Tu casa compite. Y los compradores comparan.
Marta entendió que, al vender una casa, todo comunica:
La luz, el olor, el orden, incluso el silencio.
Y que si no preparaba bien su vivienda, la gente solo se fijaría en el precio.
Así que se puso manos a la obra.
Y no solo arregló lo esencial. También supo resaltar lo mejor de su casa para no tener que bajarse los pantalones con la cifra final.
Porque cuando preparas bien la venta, no necesitas justificar tu precio.
La casa lo defiende por sí sola.
Y ahora que ella lo ha vivido, quiere que tú también lo sepas:
Lo primero que tienes que hacer para vender tu casa es verla con nuevos ojos.
Y prepararla como si fuera una entrevista de trabajo…
Porque en cierto modo, lo es.
Marta pensaba que lo del notario era lo último.
Una cita para firmar, estrechar manos y hacer el traspaso.
Pero cuando su agente le preguntó si ya tenía notaría asignada, se dio cuenta de que había más de lo que creía.
—“¿No la elige el comprador?” —preguntó.
Y sí… pero no siempre.
Depende del acuerdo. Y a veces, conviene tener un notario de confianza desde el principio.
Porque el notario no solo está para la firma. También comprueba los documentos, detecta errores y confirma que todo esté en orden legal antes de vender.
¿Entonces, cuándo hay que acudir?
Aquí van dos momentos clave:
Si no tienes clara la documentación
Hay propietarios que lo tienen todo en regla. Y otros que no.
Marta, por ejemplo, tenía dudas sobre la herencia.
No sabía si la escritura estaba bien, si había que hacer algún trámite previo, o si hacía falta liquidar plusvalía mortis causa antes de vender.
El notario, en su caso, fue esencial.
Le pidió la documentación, revisó que todo cuadrara y le dio por escrito lo que faltaba (y cuánto podía costar).
Eso evitó errores. Y le dio seguridad desde el primer momento.
Si tú también dudas, acude pronto. Es mejor pagar 60 euros por una consulta ahora… que perder 6.000 más adelante por firmar mal.
Si ya tienes comprador y vais a firmar
Aquí sí que no hay escapatoria: la venta se formaliza en notaría, siempre.
Ese día se entrega el cheque, se firma la escritura pública, se dan las llaves… y se inscribe todo en el Registro.
Por eso, antes de esa cita, el notario tiene que:
Verificar cargas, deudas y titularidades.
Calcular impuestos como la plusvalía municipal.
Revisar los documentos aportados.
Preparar el borrador de la escritura.
Importante: No llegues a la notaría sin haber leído el borrador.
Y si puedes, revisadlo juntos tú y tu asesor antes del día de la firma.
Marta, por ejemplo, descubrió un error en la referencia catastral justo a tiempo.
Si no lo llega a ver, habría tenido que volver a firmar y retrasar todo.
Por eso, no subestimes este paso.
La notaría no es un trámite más.
Es el lugar donde se decide si la venta acaba bien… o si se complica para todos.
Antes de vender tu casa… hay algo más importante que cualquier trámite
Marta lo aprendió por las malas.
No fue el papeleo lo que más quebraderos de cabeza le dio.
Ni los arreglos, ni la notaría, ni siquiera los impuestos.
Fue otra cosa.
Una que nadie le había explicado:
Vender una casa no empieza en los portales. Empieza en tu cabeza.
Porque si tú no tienes claro el proceso, el precio, los tiempos o incluso el tipo de comprador que buscas… terminarás aceptando lo primero que venga. Y casi siempre, eso significa vender mal.
Marta no quería eso.
Quería vender bien. Con cabeza. Con estrategia.
Y por eso te digo lo mismo que ella se repitió durante semanas:
Lo primero que tienes que hacer para vender tu casa… es informarte.
No de cualquier manera. No con vídeos genéricos o consejos de bar.
Sino con alguien que haya estado en tu situación. Que entienda lo que te juegas. Y que te diga las cosas como son, no como suenan bien.
Porque si sabes lo que haces, lo haces mejor.
Y en una venta, eso puede suponer decenas de miles de euros de diferencia.